miércoles, 23 de febrero de 2011

"Armería Vasca" Don Juan Esteban de Bustindui

Vista del espléndido trabajo del artista con su sello en la recámara del cañón
Otro detalle del trabajo del artista
Vista de los cincelados del cañón y su cola. Nótese la presencia del imponente rascador a la española
Se trata de un modelo exclusivo o de encargo basado en el modelo para Oficial de 1800
Vista parcial del lado derecho
Vista parcial del lado izquierdo
Vista del lado izquierdo, nótese el aro que sobredimensiona la boca de fuego con el fin de facilitar la recarga
Detalle de la espléndida y lujosa llave de Don Juan Esteban de Bustindui
Vista parcial de la llave mostrando la cazoleta y su oído, lujosamente acabada en oro
Sello de Don Juan ESteban de Bustindui ubicado en la pletina del arma
Detalle de la cazoleta y su oído
Detalle del rascador, observese su lujoso acabado
Detalle de la lujosa llave de miquelete o a la española en su variante vizcaína
Otra vista de la llave mostrando su lujoso acabado
Detalle inferior de la llave
Detalle del extremo de la contrapletina
La contrapletina
El guardamonte lujosamente cincelado y acabado en acero bruñido Vista del refuerzo de culata, de hierro sin lujo alguno, como resalte al lujoso acabado del arma
Juan Esteban de Bustindui (1780-1820)
Considerado como uno de los mejores "Cañonistas" de su época, fué a la vez Alcalde de Eibar en 1793 y Procurador en las Juntas Generales del mismo año en Rentería .
Podemos observar algunas de sus obras, presentes en la Colección de la Real Armería y en otros Museos.
Destacando la ejecución de una pareja de pistolas para Fernando VII, regaladas al Monarca por la Provincia de Guipuzcoa.
Fue citado por Jovellanos en sus Diarios.
El arma que presento es un modelo de los llamados de encargo.
Fué concebida para un Oficial y está basada en el modelo para Oficial de 1800, aunqué sus formas difieren totalmente del modelo reseñado, conservan todas sus características principales, que la identifican como evolucionada del mismo.
Su lujoso acabado resalta con la austeridad de su montura de nogal, que no presenta lujo alguno, así como los refuerzos de su culata, terminados simplemente en hierro bruñido.

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