jueves, 19 de marzo de 2009

El sable "à L´orientale"


Batalla de las Pirámides 21, de Julio de 1798

Formados los célebres cuadros diseñados por el General Bonaparte, compuestos por varias filas de granaderos, esperan la carga de los mamelucos. En el centro está situada la intendencia, con su carro de abastecimiento, y los oficiales para dar las ordenes a las líneas que forman los cuadros. Los granaderos codo a codo, reciben la orden de apuntar, están tensos, al poco rato se oye un intenso ruido y se percibe una gran humareda de polvo que envuelve a la célebre caballería mameluca, dirigiéndose al galope en carga hacia los cuadros, se acercan en gran desorden, los soldados tensos apuntando esperando las ordenes de sus oficiales, que esperan tenerlos encima para no errar el blanco. Ya a unos pocos metros, reciben la orden de disparar, con el gran estruendo de la descarga, quedan inundados por una gran nube de humo, mientras esperan a la bayoneta la aproximación de algún superviviente. Al disipar la humareda, solo se ven caballos y jinetes esparcidos por doquier, reciben la orden de recargar y esperar una segunda carga, ésta llega enseguida. Los soldados a la orden de disparo abren fuego de nuevo, quedando ciegos por la gran humareda producida por la segunda descarga, que al disipar deja ver un horrendo paisaje de muerte, los pocos supervivientes de la carga, ya no vuelven.
La disciplina y el orden de las nuevas tácticas de combate, se impone sobre la obsoleta y anticuada carga de la caballería mameluca, el arte de la guerra ha cambiado. De entre las filas, sale un Oficial que se acerca a los caídos, se agacha y recoje un sable, es un sable muy curvo, de líneas muy esbeltas, la hoja es de Damasco con incrustaciones de plata y oro, la vaina, de madera, forrada de "chagrin noir", embutida en embellecedores de plata y oro, con una anilla a ambos lados para su suspensión en bandolera, todos quedan atónitos al ver al Oficial que colgaba de su uniforme su preciado trofeo. Fue así, como nació la moda del sable a la oriental. Los oficiales, se lo procuraban o bien en los campos de batalla como trofeos de guerra o bien los compraban a los maestros artesanos de El Cairo. Al regresar a Francia, resaltaba, el sable oriental con el uniforme actual de la época, lo que abrió los ojos a los fabricantes que empezaron a fabricar éstos modelos, comercializándolos en Europa. Fue tan extenso su uso, en todos los ejércitos de esa época, que todavía hoy en día perdura para el uniforme de gala del generalato de casi todos los ejércitos de la actual Europa.
El modelo fotografiado en éste artículo es un "Kiligh" o "Cimitarra", exactamente igual al usado por el Mariscal Lannes. Su hoja es de Damasco, con incrustaciones de oro, está fechado en 1780 y firmado por el artesano que lo elaboró. Vino de Egipto con la repatriación de las tropas del General Bonaparte.

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