El Primer Cónsul de la República Francesa, Napoleón Bonaparte, aplasta a los austriacos con la llegada a tiempo de su fiel Desaix, que pierde la vida.
Bonaparte lleva un precioso sable diseñado y confeccionado por el "Génio" Nicolás Noël Boutet en Versailles, de inspiración oriental debido a la todavía próximo-pasada Campaña de Egipto que melló la moda francesa orientalizándola en todos sus aspectos.
Montura construida enteramente en acero y pavonda en negro, resaltándo su rica ornamentación en oro. En su monterilla lleva incrustada la cabeza de Júpiter en oro como símbolo de grandeza. Su puño es de ébano finamente cuadrillado y la guarda, simple, en forma de "S" uniendose al gabilan por medio de un rectángulo a cada lado a los cuales están unidas dos medias circunferencias que ejercen la función de seguro de vaina.
La hoja es de damasco, vaceada en sus dos caras, grabada al agua fuerte, dorada y bruñida en sus dos tercios dejándo en el tercero el color del damasquinado con grabados de lunas y estrellas al agua fuerte. Filo corrido hasta la punta, lomo cuadrado y contrafilo arponado en mesa.
La vaina, está enteramente construida en acero y acabada en un negro pavonado, presentando cuatro abarazadera en oro ricamente ornamentadas con motivos geométricos y telas de aragnido. Las dos primeras llevan sendos pitones con anillas por las que pasa un cordón a la oriental para su suspensión en vandolera. El batiente, es de acero pavonado en negro en forma de botón oriental, presentando una abrazadera de oro finamente ornamentada.
Jerôme Bonaparte (1784-1860), Rey de Westfalia, se divorcia de su esposa y se casa de nuevo, con Catherina de Würtenberg. Su hermano Napoleón le regala éste sable con motivo de su boda.
El sable pasa al heredero de Jerôme: Victor Napoleón (1862-1926).
A la muerte de Victor, pasa a ser propiedad de su hija:
Marie Clothilde Eugéne Npoleón (1912-1996).
El sable es declarado Monumento Histórico en 1978.
Al morir Marie Clothilde, el sable queda para varios herederos.
Puesto en subasta en la Sala Osenat de París, se lo adjudica un descendiente de la familia de Jerôme Bonaparte, por la friolera cantidad de 4,8 millones de Euros.
La pieza tuvo un precio de salida de entre 1,2 y 1,5 millones de Euros, cantidad fijada por el experto Bernard Croissy.
Por lo visto y según me informó una gran amiga mía, vinculada a descendientes de grandes personalidades próximas al Emperador Napoleón I, al morir su propietaria, todos sus descendientes querían el sable y por lo visto decidieron ponerlo en subasta, cuyo resultado quedó dentro de la Familia ya que en realidad la puja, aunqué abierta a todo el mundo, fué entre ellos mismos. He de recalcar que el sable al ser Monumento Historico, no puede salir de Francia.
En definitiva, podríamos decir que el sable que utilizó Napoleón Bonaparte en Marengo, es el arma más cara de la Historia.
Muy interesante. Curiosa la forma de decidir al heredero del sable.
ResponderEliminarInteresantísima esta entrada, como todas. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminar