martes, 15 de marzo de 2011

HÚSARES: Puntas arponadas

Sable para tropa de Húsares modelo de 1786
Vista completa del modelo de 1786
Detalle de la montura del modelo de 1786
Detalle del contrafilo de la hoja, modificado en arpón
Vista del contrafilo arponado de la hoja (lado derecho)
Otro plano de la endidura en forma de arpón, practicada en el contrafilo de la hoja

Como ya he mencionado en anteriores articulos, la adopción de Regimientos de Caballería Ligera procedentes del Este de Europa por los Reales Ejércitos del Rey Sol, aportan un nuevo estilo de armas hasta entonces no conocidas en Francia ni en ninguno de los paises de la Europa occidental.
Algunos de estos soldados, mercenarios, muestran modificaciones practicadas en las hojas de sus sables, curvos, que generan habladurías, creando un mito producido por la falta de saber.
Esta práctica, que duraría hasta el final del Imperio de Napoleón I, es considerada como una "receta bárbara" ya que se atribuye a estas modificaciones una imagen salvage al considerar que están hechas para incrementar el daño al enemigo con el fin de propinar un desgarre carnal, añadido a la estocada.
Si estudiamos estas modificaciones, podemos llegar a una conclusión totalmente contraria ya que esta práctica lo único que hace es restar eficacia, comportándo el riesgo de poder ser desarmado el soldado con más facilidad por su oponente, aportándo el riesgo de que su arpón se enganche en cualquier lugar de su equipo o del de su enemigo.
Según las explicaciones y estudios realizados por un "viejo Húsar", el Coronel MacCarthy, Conservador del Museo del Ejército desde 1963 hasta 1982, hace alusión a ésta práctica como un método casero para dar comodidad al jinete para recoger del suelo cualquier pieza de uniformidad sin necesidad de desmontar.
En mi opinión personal, doy como válido el estudio realizado por el Coronel MacCarthy, pero también doy crédito al destrozo añadido que este "arpón" puede producir a una herida en combate.