martes, 4 de agosto de 2009

DOSSIER: Sables para tropa de Infantería.




"La fiel Infantería", pieza clave del ejército napoleónico, sus típicos combates en cuadro que paran las más agresivas cargas de los mejores jinetes del mundo, en fin, os presento en éste artículo las tres armas de reglamento para tropa de Infantería de la Grande Armée.
De izquierda a derecha:
El célebre briquet, para tropa de Infantería, su puño, fundido en latón macizo, tiene 28 canales, acordaros si alguna vez comprais alguno o si ya lo teneis, debe de tener 28 canales, si tiene más o menos no pertenece a la época napoleónica, el briquet se fabricó hasta finales del Segundo Imperio, por lo que existen modelos de todo tipo en abundancia.
El segundo sable, muy codiciado por todo coleccionista, es el de zapador, lo llevaban aquellos hombres de gran tamaño, con grandes barbas que vestían un gran delantar de grueso cuero teñido en blanco y que se dedicaban a las demoliciones o a la apertura de brechas en las fortificaciones, para que pudiera entrar la infantería y así tomar las posiciones enemigas.
El tercer sable, es un briquet para Granadero o para Cazador a Pié de la Guardia Imperial de Napoleón I, se trata de un modelo confeccionado en Versailles y diseñado por Nicolás Noël Boutet exclusivamente para la Guardia Imperial.

DOSSIER: Sables orientales (I)




A la izquierda un Shamshir, a la derecha un Kilij (Cimitarras, sables curvos) de procedencia Turco-Otomana, ambos tuivieron un papel decisivo en Egipto, eran las armas de los Mamelucos que fueron derrotados por los cuadros de granaderos del General Bonaparte en la batalla de Las Pirámides.
Soldados, Oficiales, Jefes y Generales franceses, quedaron sin habla al ver la belleza de estas armas, su eficacia en la mano de un jinete cargando al galope y las terribles heridas que producían.
De líneas elegantes, esbeltas de esmerados acabados a cargo de los mejores orfebres y sus hojas, confeccionadas con el mejor acero del mundo, el de Damasco, hicieron de éstas bellas armas la codicia de los Oficiales de Bonaparte, procurándoselos, bien en combate, bien comprándoselos a los artesanos de El Cairo, con el fin de llevarselos a Francia, en principio como trofeo de guerra, sin saber que crearían una moda que dura hasta hoy en día.
Los sables de la fotografía, pertenecieron a estos Oficiales franceses que los llevaron a Francia, ambos están fechados a finales del siglo XVIII.

DOSSIER: Sables orientales (II)


A raiz de la Campaña de Egipto, llegan a Francia los sables orientales, los Oficiales, orgullosos de "haber estado allí", los suspenden de sus correajes y los exiben por todo el País, sin darse cuenta, crean una moda, el sable suspendido con el colorido y diversidad de sus uniformes, destaca y crea gran belleza.
La industria privada, se da cuenta de ello y empieza a producirlos dándoles un "aire" europeo.
El sable de la izquierda, es para Oficial de Caballería Ligera, bien para Cazador, bien para Húsar, su montura es "a la oriental", en forma de pistolete presentando un orificio en la monterilla para pasar el fiador. Lleva dos plaquetas confeccionadas en asta, una a cada lado para formar el puño.
Su hoja, "a la Cassagnar", presenta la decoración propia de éste espadero, en uno de sus tercios, en oro y cobalto en ambas caras: un brazo armado con un sable, la cabeza de un turco y una tienda de campaña oriental en la bigotera.
La vaina está confeccionada enteramente en latón, sin abrazaderas con pitones portaanillas soldados directamente a la vaina, como habitual en la época consular, no lleva brocal y su batiente es en forma oriental.
El sable de la derecha, está atribuido a un Oficial de Mamelucos de la Guardia Imperial.
Montado en Francia con una hoja de Damasco, extremadamente curva y decorada con medias lunas y cabezas de turco, en oro encastrado en la hoja.
Su montura es "a la oriental" con puño de ébano y lleva una gruesa cadeneta como guardamano, desde el extremo de uno de sus dos gabilanes hasta la monterilla.
La vaina es la propia de un mameluco de la Guardia Imperial, con atributos referentes a ésa formación, presentando el lujo propio de un sable para Oficial.
Estos sables, son adoptados por todas las potencias del mundo de aquel tiempo, sufriéndo modificaciones en el transcurso de los años, hasta llegar a nuestros días.
Son piezas de uniformidad para Oficial General en todos los Ejércitos actuales de todo el mundo.

DOSSIER: Sable para Oficial de Caballería Ligera español.



Al asestar el golpe, la hoja corta el aire de tal forma, que emite un agudo silbido, es nuestro acero, acero español, por supuesto acero de Toledo
He hablado de los aceros franceses de Klingenthal, alemanes de Solingen, ingleses de Birmingham y de Damasco, hoy os hablaré del buen acero español, el de Toledo.
En 1802, cuando éramos amigos de los franceses, se reestructuta la caballería española, creándose la Caballería Ligera, con seis Regimientos de Cazadores a Caballo y otros seis de Húsares.
Con la llegada de ésta nueva Arma, la caballería ligera, es necesario dotarles de armamento apropiado, por lo que se pone en marcha la confección de un sable curvo de nuevo diseño ya que con anterioridad a la mencionada reestructuración, solo disponían de sable curvo la Guardia de Honor del Principe de la Paz, creada en 1801 y que ubicaba los dos únicos escuadrones existentes en España de Húsares y otros dos, también los únicos existentes en España, de Cazadores a Caballo.
El sable para dotar a estos Regimientos, es bautizado como "modelo de 1803", su montura es de estribo y es copia de los modelos franceses.
Los Oficiales, tienen el derecho de poder elegir sus armas ya que deben de pagarselas, por lo que se pone en marcha la industria privada que confecciona modelos, desde base hasta los más lujosos, como ocurría en toda Europa.
El modelo que os presento, superviviente español de esa época, es un modelo afrancesado, como era habitual.
Montura simple o de estribo, con monterilla simple, puño de astra trabajado en canales oblicuos, dos navetas de sujección y largo gabilán torcido hacia la hoja.
Su hoja es muy esbelta, de lomo cuadrado con canal contiguo, vaceada en sus dos caras, filo corrido hasta la punta y contrafilo en la mesa. Tiene una inscripción en su cara derecha que dice: "TOLEDO" y en su cara izquierda: "VIVA ESPAÑA" , las dos inscripciones están integradas dentro de dibujos finamente grafilados con motivos florales y militares portando también unas medias lunas, de influencia oriental y típicas de la Caballería Ligera.
La vaina está enteramente construída en latón, propio de la época consular, no lleva abrazaderas y los pitones portaanillas van directamente soldados a la vaina, batiente muy desgastado confeccionado en cobre igual que su brocal.
Este sable lo sitúo en la época consular, por sus formas típicas de esa época en Francia y a la gran influencia de la moda de la época, además de ser aliados de Francia.
Ya en los años venideros, posteriores a 1807, Napoleón nos invade y nos aliamos con los Ingleses, hecho éste que cambia la moda de nuestro armamento y adoptamos las espartanas pero no menos eficaces formas inglesas, concretamente la caballería ligera adopta el célebre modelo de 1796 con montura a la Blutcher.