domingo, 7 de junio de 2009

Sable para Oficial de Caballería Ligera à l´Orientale ó a la Mamelouk


Magnífico sable para Oficial de caballería ligera (Cazadores ó Húsares), confeccionado por Cassagnard, en Francia a la moda oriental.
Montura en latón, guarda en forma de cruz al más puro estilo oriental, el puño en forma de pistolete comporta un agujero para pasar el fiador y lleva plaquetas de cuerno remachadas con pasadores de latón, como habitual en este tipo de armas.
La hoja, curva y de extremada belleza, tiene doble vaceo en cada una de sus caras y está ornamentada a la Cassagnard, en su primer tercio.
Cassagnard, espadero de la época Imperial cuyos grabados de estilo turco-otomano eran tan singulares como identificativos de su creatividad. Sus diseños consistían en brazos armados, tiendas orientales y cabezas de turco, todos ellos están representados en cada una de las caras de la hoja del sable que cuestiona este artículo.
La vaina en latón, sin abrazaderas, con solo dos pitones que llevan sendas anillas para su tranporte, brocal y batiente en forma de abanico egipcio.
Era verdaderamente bello, pero a la vez raro o extraño, ver como destacaban éste tipo de armas colgando de los uniformes de la época.

Pareja de pistolas para Almirante mod. Vemdemaire AN-IV (1795)


Por el reglamento de Vendemaire AN-IV (1795), se crea la disposición de uniformidad para Oficiales Generales y Almirantazgo, creándose un modelo de pistola para estos altos rangos de todos los ejércitos en una Francia revolucionaria y dirigida por el Directorio.
Estas armas de un bello y singular diseño, daban a grandes rasgos las medidas y modelo, con un denominador común, todas ellas debian de llevar en su culata la esfinje que determinaba el arma en la cual prestaba sus servicios la persona que la llevaba, siempre hablamos de Oficiales Generales, Estado Mayor o Almirantes.
A tal efecto, se dispone que todos los Generales deberan de llevar una cabeza de Medusa a la romana, el Estado Mayor el escudo propio que le identifica y el Almirantazgo, la cabeza del Dios del Mar, Neptuno, dejándo las calidades de las armas a cada cual según su bolsillo, como era habitual.
Las armas que en éste artículo nos ocupan, son una pareja de armas de lujo, para Almirante, confeccionadas por el gran armero Aubron, que ejerció desde 1771 hasta 1818, en Nantes. Cabe destacar que muchos de los grandes de aquella Francia se hacían confeccionar sus armas de lujo por Aubron.

El tiro con armas de avancarga.


Hoy me apetece contaros el proceso del tiro con armas de avancarga, lo voy a presentar como profesional en la materia ya que me siguen más de 30 años como tirador en el Tiro Nacional de España. Durante estos años alcancé los títulos de Monitor de tiro, arbitro, fui representante de tiradores por Tarragona en la Asamblea Nacional y Delegado Territorial en Tarragona y Vocal, de la Federación Catalana de Tiro Olimpico.
Como tirador federado en España y en Estados Unidos, he participado en todas las modalidades de las cuales he destacado en el tiro práctico, modalidad en la que he sido internacional varias veces, cuento con dos campeonatos del mundo en Estados Unidos (United States Practical Shooting Association - de la que soy Life Member) y campeonatos europeos (sexto clasificado de 280 tiradores en 1990) y como no, de España (Campeón por equipos en 1992) y de Cataluña (Campeón por equipos 1991 y 1992). Mi pistola estaba entre las 25 mejores de España.
Como toda persona que empezaba allá por los años 1977/78, el poder tener la licencia de armas, comportaba un exaustivo y minucioso trabajo burocrático que practicamente se convertía en un año o un año y medio hasta conseguir el preciado tesoro que nos abría las puertas para poder comprar un arma corta, con la que poder participar en consursos de tiro.
Durante este penoso y largo viaje, la solución era o bien disparar con las pistolas del calibre 22, de que disponía la entonces Federación Española de Tiro Olimpico, comprando en la propia Federación la munición y tomar prestada el arma, que debiamos de devolver una vez usada y siempre dentro de las instalaciones deportivas diseñadas a tal efecto, o dirigirnos a una tienda de las entonces llamadas de souvernirs para turistas y comprar un arma de avancarga, réplica, y empezar con el tiro de avancarga que en aquel entonces era libre.
Pues bien, así empecé con una réplica de rifle Hawkeen y de una pistola del tipo Kentucky, ambas armas de ánima estriada, eligiéndolas de piedra en vez de percusión.
Como podeis ver, estoy sumamente capacitado, para contar el proceso de tiro con este tipo de armas, os cuento el proceso:
1 - Antes de nada, debemos de comprobar que el oído, (paso de inicción entre la cazoleta y el cañón) esté completamente límpio y desatascado, para ello soplaremos con fuerza desde la boca del cañón poniéndo una mano en el "oído" y así comprobar que efectivamente pasa el aire. Esta operación deberemos de hacerla siempre después de cada disparo y antes de proceder a la recarga ya que la pólvora negra engrasa y tapona el conducto. Caso de estar obstruído deberemos de desatascarlo mediante una aguja, que se suministra para este cometido.

2 - Tras la comprobación de que el oído está en condiciones de traspasar a la carga del cañón su inicción, procederemos a romper la dosis de pólvora previamente almacenada en un cartucho de papel por el extremo contrario al que se halla la bala o proyectil, introcuciéndolo hasta el fondo del cañón mediante un baqueteado.
3 - Acto seguido amartillaremos el arma que llevará la piedra de silex bien amordazada, procediendo al llenado o cebado de la cazoleta con una pólvora mucho más fina a la de la carga que hemos introducido por la boca del cañón.
4 - Después bajaremos el rascador y procederemos a apuntar al blanco elegido, para proceder al disparo.
Debo de añadir que el disparo con armas de avancarga à silex, no se produce inmediatamente al apretar el gatillo, como por ejemplo en la percusión, que es un método más rápido, sino que al chascar la piedra en el rascador, éste se levanta al mismo tiempo que salta la chispa producida por el rascado encendiéndose la pólvora de la cazoleta que pasa a través del oído y enciénde la pólvora alojada en el cañón, produciéndose el disparo en forma de Chek.....Pum!, por lo que unas fracciones de segundo después de apretar el gatillo y oir el Chek, debemos de esperar sin movernos ni nosotros ni el arma que hemos disparado y esperar el Pum!.
Pues bien, esta es la teoría........., la práctica es la de disparar mucho para conseguir los buscados "dieces" en la diana!