martes, 4 de agosto de 2009

DOSSIER: Sable para Oficial de Caballería Ligera español.



Al asestar el golpe, la hoja corta el aire de tal forma, que emite un agudo silbido, es nuestro acero, acero español, por supuesto acero de Toledo
He hablado de los aceros franceses de Klingenthal, alemanes de Solingen, ingleses de Birmingham y de Damasco, hoy os hablaré del buen acero español, el de Toledo.
En 1802, cuando éramos amigos de los franceses, se reestructuta la caballería española, creándose la Caballería Ligera, con seis Regimientos de Cazadores a Caballo y otros seis de Húsares.
Con la llegada de ésta nueva Arma, la caballería ligera, es necesario dotarles de armamento apropiado, por lo que se pone en marcha la confección de un sable curvo de nuevo diseño ya que con anterioridad a la mencionada reestructuración, solo disponían de sable curvo la Guardia de Honor del Principe de la Paz, creada en 1801 y que ubicaba los dos únicos escuadrones existentes en España de Húsares y otros dos, también los únicos existentes en España, de Cazadores a Caballo.
El sable para dotar a estos Regimientos, es bautizado como "modelo de 1803", su montura es de estribo y es copia de los modelos franceses.
Los Oficiales, tienen el derecho de poder elegir sus armas ya que deben de pagarselas, por lo que se pone en marcha la industria privada que confecciona modelos, desde base hasta los más lujosos, como ocurría en toda Europa.
El modelo que os presento, superviviente español de esa época, es un modelo afrancesado, como era habitual.
Montura simple o de estribo, con monterilla simple, puño de astra trabajado en canales oblicuos, dos navetas de sujección y largo gabilán torcido hacia la hoja.
Su hoja es muy esbelta, de lomo cuadrado con canal contiguo, vaceada en sus dos caras, filo corrido hasta la punta y contrafilo en la mesa. Tiene una inscripción en su cara derecha que dice: "TOLEDO" y en su cara izquierda: "VIVA ESPAÑA" , las dos inscripciones están integradas dentro de dibujos finamente grafilados con motivos florales y militares portando también unas medias lunas, de influencia oriental y típicas de la Caballería Ligera.
La vaina está enteramente construída en latón, propio de la época consular, no lleva abrazaderas y los pitones portaanillas van directamente soldados a la vaina, batiente muy desgastado confeccionado en cobre igual que su brocal.
Este sable lo sitúo en la época consular, por sus formas típicas de esa época en Francia y a la gran influencia de la moda de la época, además de ser aliados de Francia.
Ya en los años venideros, posteriores a 1807, Napoleón nos invade y nos aliamos con los Ingleses, hecho éste que cambia la moda de nuestro armamento y adoptamos las espartanas pero no menos eficaces formas inglesas, concretamente la caballería ligera adopta el célebre modelo de 1796 con montura a la Blutcher.

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